Sábado 1 de
Marzo de 2014. En algún lugar del territorio aéreo de África.
El viernes fue un día agitado. Me levanté temprano porque sabía que antes de las 4 de la tarde tenía que tener todo el equipaje listo para
irme de la casa. Así que dedique todas esas horas a armar, desarmar,
reorganizar y volver a armar la mochila y la valija. A pesar de que a la ida
traía
muchísimas
cosas para dejar (y que dejé mucha ropa que usé a las mujeres, como regalo), me llevo
muchísimas
cosas de aquí para Argentina. De hecho, las valijas pesan 1 kg más cada uno de lo que pesaban a la ida.
Viajo al límite del límite de kg de equipaje! Jajajaja
A la tarde nos pasó a buscar un taxi que nos llevó a lo de David. La despedida de Juliet,
MamaKiki, Moses y Kiki fue lagrimosa, pero no tanto. Mucho abrazo, muchos
buenos deseos para el futuro, y la promesa de volvernos a ver alguna vez.
Hicimos una pasada por el super de Karen,
Eleonora estaba empeñada en cocinar pizzas caseras y torta brownie, e increíblemente, consiguió todo lo necesario.
Cuando llegamos a lo de David nos recibió su hermana, que nos ayudó a acomodar nuestras cosas en la habitación y a empezar a cocinar. Cuando llegaron
los chicos estaba casi todo listo. Después de cenar, ayudamos a Collins a grabar un
video que necesitaba presentar para una candidatura a un puesto en AIESEC y
después
fuimos a un bar de Karen a bailotear un rato. La verdad que la onda del lugar
era re tranquila, pero la música era bastante pasable, así que nosotros le pusimos toda la onda.
Estuvimos sólo un rato igualmente, volvimos a dormir a lo de
David. Aunque antes de poder lograr eso, hubo muchos brindis y buenos deseos de
parte de los chicos hacia mí.
Hoy a las 8 de la mañana yo ya estaba levantada. La mezcla de
sentimientos no me permitía seguir durmiendo… Fui a la cocina y me encontré con la mamá de David que estaba preparándonos Chai, una divina. Me quedé hablando ella un buen rato, me preguntó mucho sobre Argentina, se asombraba mucho
de todo lo que le contaba, y me dijo como 15 veces “no te vayas, quedate un tiempo más en Kenya!”… jajaja, qué increíble, todo el mundo quiere que me quede más tiempo! Qué pena que los recursos económicos se hayan acabado y que tenga que
volver a mis obligaciones (y afectos, obvio) de Argentina…
Habíamos pedido el taxi para las 11, ya que yo
había
calculado que quería estar a las 13 en el aeropuerto. Insistimos en que
necesitábamos uno que llevara a 5 personas, pero obviamente
que no entendieron, porque cuando llegó (a las 11:30 hs, obvio, Kenyan Time) nos
dijo que no podía llevarnos a todas, así que Giulianna tuvo que irse en Matatu con
Tim y David. La saludé ahí, porque sabía que no había chances de que llegara a tiempo al
aeropuerto.
El viaje fue bastante largo, como siempre,
el transito era un cáos, pero por suerte a las 13:30 ya estábamos en el aeropuerto. Mi vuelo era a las
16, así que estaba genial de tiempos. Cuando quisimos entrar
nos encontramos con una complicación: sólo podían entrar los pasajeros… (¿?) Fue un golpe duro, yo esperaba poder
hacer el check in y después saludar a las chicas, pero tuve que adelantar la
despedida por disposiciones keniatas… Abracé primero a las alemanas, que me desearon éxitos y un vuelo de regreso tranquilo… llegó el momento de despedirme de la Eleonora,
despedirme de “mi hermana”, la Italiana! La persona con la que
comparti las 24 horas de los últimos 40 días! Qué momento duro, lloramos las dos como
nenas, abrazadas… las alemanas nos miraban con cara de: “no será mucho?” jajajaja…
Antes de irme, las chicas me regalaron una foto impresa que nos sacamos
en Mombasa, con la firma y dedicatoria de ellas y de los chicos atrás. Es fija que va a un cuadrito! =D