Jueves 27 de
Febrero de 2014. Ngong, Nairobi, Kenya.
La idea para ayer era ir a “The Junction”, con el único fin de comprar unos regalitos que había visto y de usar el wifi, pero pensando
nuevamente, decidí que podía comprar las cosas en el super de Karen y
usar el wifi de alguno de los locales de ahí. Me quedaba más cerca y lo conozco mejor.
Así que así fue. En la mañana, después de levantarme, me dediqué a organizar un poco la ropa y las cosas
para el regreso (sólo un poco, porque muchas cosas que quiero comprar van
a ir metidas entre medio, jejeje).
Las chicas me avisaron que a las 11 salían para la Iglesia, así que me prepare y me fui con ellas hasta
Ngong, y de ahí tomé el otro matatu hasta Karen. Pasee un montón por el supermercado, compré todas las cosas que necesitaba, y algunos
auto-regalitos y me fui a uno de los locales que tienen wifi (una especie de
Mc) y pasé un buen rato navegando con la tablet, escribiendo
mails, boludeando con facebook… por decirlo de alguna manera, reconectando con
Argentina…
En la noche, después de cenar, nos quedamos con Juliet
charlando de “la vida”, de la fiesta del día siguiente, de Argentina, de mi familia,
mis amigos, de “cuánto van a extrañar mi chispita permanente en la casa”… y esas cosas que a uno le hacen caer las
fichas de que está con un pié arriba del avión de regreso…
Hoy nos levantamos a eso de las 9. La
verdad que mi único plan para el día era ir a la iglesia y disfrutar de la
celebración, así que me tomé el día con calma.
La mayor parte de la mañana me la pasé viendo a Mamakiki amasar chapatis. De
hecho amasé algunos yo misma. Filmé videos, saqué fotos…
Salimos para la iglesia a las 12. Fuimos
todas (Giulianna, Eleonora, Jessica, Leonore, Juliet y yo) en un taxi. Hicimos
una parada en Ngong para que Juliet compre unas gaseosas y después seguimos camino a la iglesia.
Fue una “ceremonia” extremadamente movilizante. Empezó con una comida (de casi todas cosas que
llevamos nosotras desde la casa, que había preparado Juliet), después siguió con cantos de las mujeres y algunos
chicos, obvio que me hicieron parar y bailar con ellas… Que vergüenza pasé! Seguido a eso, me hicieron parar en el
medio del salón, y mientras cantaban canciones (asumo, de bendición) cada una de las mujeres me iba
vistiendo o colgando alguna cosa que había hecho o, en algunos casos, que había vestido durante todas estas semanas… Qué manera de llorar!! Después de eso, una de las mujeres se encargó de decirme “unas palabras” mezcla despedida y agradecimiento, y
obviamente que yo también dije unas palabras hacia todas ellas. Fue un momento
complicadísimo, porque el nudo que tenía en la garganta casi que no me dejaba
respirar y las lágrimas saltaban de los ojos como sapitos, pero logré sacar afuera todas las cosas que tenía para decirles. Por último, me entregaron mi certificado y una
carta de recomendación. Antes de venirnos a la casa, hubo una “intensa” sesión de fotos…
Mañana es el día de armado de los bolsos. En la tarde
vamos a ir a la casa de David, pasar la noche allá y el sábado ir al aeropuerto desde allí.
Sé que las chicas están preparando algo “especial” pero no quisieron decirme qué, así que supongo que tendré que esperar una nueva sorpresa…
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