Jueves 6 de
Marzo de 2014. San Martin, Buenos Aires, Argentina.
Ahora que volví, quiero escribir acerca de
una de las cosas que mas shockeada viví, en toda mi vida.
Voy a contarles lo que fue “la previa” del
viaje, los días anteriores a empezar a vivir mi vida keniata.
No era yo la que vivía todo eso, estaba
como en un sueño, flotaba. Simplemente recordar todo el tiempo que me llevo
armar los bolsos, me da una clara pauta de que, aunque totalmente solapado,
tenía muchísimo miedo de lo que estaba por hacer, pero que todo estaba
planificado y como yo era incapaz de reaccionar, todo seguía su curso hacia lo
inevitable, y así lo viví, haciendo cosas a la mínima expresión, dejando todo
para el ultimísimo momento, como si no ocuparme del viaje fuera una forma de posponerlo
o cancelarlo.
"Piloto automático"
Del almuerzo del 1ero de Enero tengo muy
pocos recuerdos. No puedo decir de qué se hablo ni cuánto tiempo llevo. Si
recuerdo que vino mi madrina a saludarme, pero ni siquiera puedo recordar qué
comimos!!. Mis viejos me llevaron a Ezeiza y la despedida de mi familia fue un
trámite: Yo fui al baño y cuando volví, ellos estaban haciendo la cola para
entrar a migraciones por mí, quedaban pocas personas adelante, así que los
salude rapidísimo y entre... Qué buena pregunta porqué no me salí de la fila y
los salude correctamente, no? Aún hoy, no se la respuesta...
Solamente observando hasta que momento
escribí mensajes con whatsapp (el avión estaba empezando a despegar)da una
pauta de donde y hasta qué punto abstraída de todo, estaba mi mente. No
recuerdo haber disfrutado la sensación del despegue (y eso que la considero una
de las sensaciones más hermosas que experimente en mi vida), no recuerdo haber
escuchado las medidas de seguridad, ni recuerdo tampoco las palabras de
bienvenida. Sé que me puse a ver la revista de la aerolínea, xq en la tapa
estaba Mandela, y fui directo a leer esa nota. Pero no recuerdo nada más de
todo lo que leí en la revista. De repente apareció el "aeromozo". Me
estaba hablando y yo solo podía ver los labios moverse, pero no escuchaba, ni
entendía lo que decía. Fue la primera vez que me di cuenta que, efectivamente,
me estaba alejando de casa. Y me dio dolor de panza. Después de la 4ta
repetición entendí que me preguntaba si quería carne, pollo o vegetariano, y
qué iba a tomar. Elegí carne, agua y cerveza. Aun con dolor de panza y almuerzo
cargadito de 1ero, comí casi todo de lo que me habían servido. Cuando
levantaron, descubrí la pantalla que tenia adelante e investigue el control,
elegí una película (la de Steve Jobs) y me puse a verla. Segundo cachetazo: no
había ningún subtitulo. Ni ingles, ni español. Tenía que ponerme a pensar que
decían... En algún momento la película se puso muy aburrida o me gano el sueño,
porque abrí los ojos y estaban pasando las letritas del final. Si no me
equivoco eran algo así como las 2 de la mañana argentinas, pero las 7
sudafricanas. Faltaba una hora para llegar. Empezaron a servir el desayuno:
huevos revueltos, panceta, galletitas de agua con manteca, café o te. De nuevo,
no tenía hambre pero me trague todo. El resto del tiempo lo pase
arrepintiéndome de haber comido eso, el dolor de panza era insoportable, pero
no podía hacer nada, así que pase el resto del tiempo jugando al tetris en la
pantallita.
En Sudáfrica encontré mi camino muy fácil.
El aeropuerto tenia carteles "APB" (a prueba de...). Fui al baño, y
tenía dos horas de espera hasta el otro vuelo, así que me conecte a internet y
avise a casa y tmb por facebook, donde estaba. Cuando se hizo la hora para embarcar,
pase por migraciones (no sé porque me sellaron el pasaporte, pero buen), pase a
los pedos por el free shop (me había olvidado que estaba el free shop!) y
llegue a la puerta por donde salía mi segundo avión. Ya estaban embarcando, así
que subí al colectivito, como si subiera al 176 que me lleva al laburo. Del
segundo avión me acuerdo un poco mas de cosas. Al menos recuerdo haber visto a
los azafatos hacer las señas de los cinturones y las salidas de emergencia. Me
dieron almuerzo, que también comí casi entero a pesar de no solo no tener
hambre, sino continuar con terrible dolor de panza. Después de eso me dormí un
rato. Cuando me desperté faltaba una hora para llegar. Intente pero no me podía
dormir de nuevo, así que agarre el cuaderno y escribí algo sobre el año nuevo.
Un delirio. Lo leo hoy y me doy cuenta en qué nivel de abstracción de la
realidad estaba.
Cuando bajé del avión en Kenya espere más de
media hora por mi equipaje. Tuve miedo. Después apareció, junto con "una
segunda camada". Ya había pagado por la visa en migraciones, así que solo
me quedaba salir. Seguí el camino de los carteles y estaba afuera del
aeropuerto. Vi a mucha gente y me asuste cuando pasó por mi cabeza la idea de
que no tenía celular con línea para llamar a nadie en el supuesto caso que no
encontrara a la persona que me tenía que venir a buscar. Por suerte enseguida descubrí
la cara de Cinthia y supe que era ella aunque solo la había visto por whatsapp.
Me saludo y me acompaño a cambiar plata para el taxi. Cuando llegamos al auto,
vi que cerquita, había unas carpas de la cruz roja y le saque fotos. Nos
subimos al auto, 3er cachetazo. El volante estaba del otro lado! Cinthia vino
hablando todo el camino, pero la verdad, no sé de qué. Yo solamente pensaba en
que quería avisar que había llegado y que estaba bien. Casi dos horas duro el
viaje. Había muchísimo transito en la ruta. Cuando llegamos, Cinthia miro otros
dos portones antes de "descubrir" cuál era el correcto. Yo estaba
histérica, porque me di cuenta que estábamos lejísimo de Nairobi, y porque
donde estábamos no se parecía en nada al campus de una universidad (que era lo
que me habían prometido), y encima ni siquiera sabía donde teníamos que
entrar!?!! Abrió el portón Juliet y salió sonriente a recibirme. Yo ví como
bajaban y se llevaban las valijas adentro mientras le pagaba al taxista. Cuando
entre me sorprendió el tamaño de la casa, pero me convencí que eso no era un campus.
Me saque las zapatillas antes de entrar al
living xq todos lo hacían, y seguí a Juliet hasta la habitación, a dejar mi
cartera y demases. Allá eran las 5 de la tarde. Fuimos al comedor a tomar té:
mi primer té keniata! Y me sirvieron huevos revueltos, por primera vez dije que
no quería. No creo que mi estomago pudiera resistirlo. Durante el té hice
muchas preguntas sobre el lugar, las condiciones, los horarios, las comidas, y
todo lo que se me venía a la cabeza. Antes que se hiciera de noche, acompañamos
a Cinthia hasta medio camino de la ruta y volvimos. Una vez adentro le pedí
internet a Juliet y me dio el modem. Finalmente pude hablar con mi familia y
llorar. 4to cachetazo. Estaba en la otra punta del mundo.
Después creo que tome otra taza de Chai, y
me fui a dormir. Me sentía horrible, tenía sueño, estaba confundida, me dolía
la cabeza y la panza, estaba mareada. Quería dormirme y despertarme dándome
cuenta que nada era real.
Mi viaje había empezado... Había empezado
hacía bastante y yo recién estaba dándome cuenta...
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