martes, 7 de enero de 2014

Dia 7

Martes 7 de enero de 2014. Ngong, Nairobi, Kenya.
Esta mañana nos levantamos a las 7,40 como todos los días. Desayunamos chapati, banana y te. Para las 8,50 yo tenía todo listo para salir. Ayer pude hacer varias cosas personales, ya que hoy no daba ninguna charla. Como estaba lista y Juliet no aparecía, aprendí de ayer y me agarre la tablet y me senté en los sillones del living a leer.

Juliet apareció como a las 9,40 a decirnos que tenía que esperar un rato mas a unas personas que venían a buscar unos pollitos. Yo aproveche y seguí leyendo. Nos terminamos yendo de la casa a las 10,30 hs! Fuimos hasta el centro y tomamos un tuk-tuk hasta el proyecto. Cuando llegamos, otra vez estaba cerrado, creo que va a ser así todos los días, no sé. Juliet abrió, entramos, y empezamos a completar unos cuadernitos que tiene cada mujer con las cuentas semanales. No entendí muy bien el sistema, yo solo copiaba desde una planilla a los cuadernitos.

Después de un rato empezaron a llegar las mujeres, y nos contaron que iban a venir pocas porque estaban enterrando a alguien que había fallecido, una persona de la comunidad. El plan para el día era hacer visitas a algunas mujeres que dieron a luz hace poco. El problema fue que llegaron muy despacio, y de repente ya era la 1 de la tarde.
Fue bastante feo darse cuenta que la mitad del día se había pasado y no habíamos hecho nada, pero bueno, supongo que me tengo que acostumbrar a que haya días mas activos que otros. Digamos que estoy acostumbrada al ritmo de la capital, y esto tiene el ritmo de un pueblo de campo. Tengo que acostumbrarme, solo es eso. Relajarme, leer un poco más, tomarme tiempo para limpiar la mente y de esa forma poder pensar en todas las cosas que tengo que resolver este año

Fue lindo saber, por medio de Juliet, que preguntaron si les iba a enseñar algo, y que gracias a la charla de ayer, hubo una nueva mujer que se sumo al grupo. Mi próxima charla es el jueves, pero todavía no decidí sobre qué voy a hablar.

Cerca de las 14 salimos camino a la casa de una de las mujeres, caminamos aprox 20 minutos y llegamos a una de las casas más pobres que vi en todo el camino. Hecha con palos, barro y techo de chapa. Cuando entramos, casi me ahogo porque estaban calentando el te adentro, con un fuego hecho ahí mismo con palos, así que el humo que había era increíble. Sumado a que no se veía nada, xq entrabas desde el sol radiante de afuera a la oscuridad de una habitación con una ventanita mínima de 10x10cm. Poco a poco mis ojos se fueron acostumbrando y pude ir viendo mejor. Estábamos 7 personas sentadas alrededor de un fuego, dentro de una habitación de aprox 3x3mt. Hacia un lado había, como separado, lo que parecía una habitación, pero la entrada estaba tapada por un pañuelo de esos grandotes.

La bebe tiene aprox 2 meses, la tuve a upa, y con mis precarios conocimientos de infantes, vi que está bastante bien, lo único que me preocupo es que estuviera encerrada con todo ese monóxido de carbono, todavía estoy pensando qué y cómo puedo hacer para ayudarlos. Tengo pocas fotos de la casa, pero estoy segura que es una de esas imágenes que nunca se van a borrar de mi mente. No puedo decir que estaba incomoda, tampoco que me parecía increíble lo que veía, xq he visto fotos muy similares de Argentina, pero siento que tengo que encontrar cosas que, de alguna forma, ayuden a esta mujer y sus hijos.

Le llevamos uno de los peluches de regalo, y la verdad que la cara de felicidad de la mujer fue impagable. Nos convidaron con te y chapati. Estuvimos una hora con ella aprox, solo haciendo compañía, xq ella hablaba con las otras mujeres en Massai, y a veces le decían algo a Juliet en swahili y ella nos lo traducía.

Lo bueno, digamos positivo, fue que antes de comer, pasaron un balde con una botellita con los que te lavabas las manos. El agua limpia caía de la botella y la sucia iba al balde, se lavaron todas las manos, para mi grata sorpresa.


Cuando salimos de ahí, volvimos a la iglesia, llamamos al tuktuk y volvimos a casa. Me di una ducha y me recosté un rato. Después me llamaron a comer. Cerca de las 20 me puse a terminar de escribir esto.
Una cena 


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